martes, 6 de marzo de 2012

FRAGAVELLA - Primera parte / Pag. 3 (Relato)

                                            
                                                           



En todos nuestros pasos por Ribadeo, el aroma señorial y monumental que envuelve y destila en la ciudad  nos  recuerda y nos traslada a los años 53-54 como primer viaje a la  villa y su entorno en excursión y al mismo tiempo presenciar el trofeo de fútbol Emma Cuervo. Obviamente sus títulos de ciudad señorial y monumental los tenía y los conserva, pero anecdóticamente a nosotros  solamente nos quedó la imagen del parador nacional y del campo  municipal de fútbol grabado en la retina. Ya en los años 70 en las distintas estancias en la villa de paso hacia otros pagos, fuimos conociendo poco a poco su morfología.       

El viajero o explorador que visite Ribadeo debe comenzar por la plaza de España, más conocida por “O Campo”, un hermoso espacio monumental ajardinado que aglutina la vida ciudadana. Allí en el Cantón de Pedro y Juan Moreno se alza el Pazo de los Moreno, magnifico edificio modernista de principio del siglo XX, que se ha convertido en la imagen más difundida de la ciudad, a su lado se halla la Casa Consistorial estando ubicada en el Pazo de los Ibáñez de estilo neoclásico del siglo XVIII, que fue residencia del Marqués de Sargadelos, creador de los primeros hornos altos de España y fundador de la famosa cerámica, trágicamente ajusticiado bajo la acusación de afrancesado.

Dicen que las noches de violento viento sur aparece su fantasma por la ciudad. En la bajada al puerto de Porcillán de origen romano a través de las calles y rincones típicos (Antonio Otero, Armando Pérez, Trinidad…) nos encontramos casa blasonadas como “O Patín” que fue antigua Escuela Náutica en el siglo XIX.
En la plaza de España se indica la dirección hacia la playa de Os Bloques, construida artificialmente en el núcleo urbano al final del puerto de Mirasol y en extremo opuesto de la plaza se indica la bajada al puerto de Porcillán y a la capilla de “A Atalaia” del siglo XII…
Otros edificios interesantes son la Aduana, que da fe de la pasada grandeza comercial; en las inmediaciones de la plaza, el monasterio de Santa Clara, fundado en el año 1214 y con un valioso retablo del siglo XVIII.

Desde el muelle deportivo próximo a Porcillán se puede pasear hasta el faro de Ribadeo, ubicado en la isla Pancha en la boca de la ría, pasando  por debajo del Puente de Los Santos (A Ponte dos Santos) inaugurado en 1987 y al lado de la playa del Cargadoiro y del castillo de San Damián construido en 1624 y destruido por los ingleses en 1719 del que se conserva el recinto amurallado. En este paseo una línea costera sinuosa nos permite en nuestro desplazamiento hasta la isla observar con detenimiento los accidentes geográficos existentes: Punta do Castelo, As Carraias, Pena dos Apóstolos o Porto Do Cocho, al mismo tiempo que contemplar en el otro lado de la ría las verdes tierras astures en sus concejos de Castropol y Tapia de Casariego. En la entrada de la ría límite con la mar, el Cantábrico rompe en los bajos a vista de gaviota, de Baixo Arredo y Baixo Panchobro.
La ría del Eo además de proporcionar ostras y berberechos, que componen con las truchas, salmones y anguilas parte de la oferta gastronómica local, es un magnifico escenario para la practica de los deportes náuticos, pesca deportiva, vela, remo, natación etc.


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