 |
|
EN NUESTRO PERIPLO DE EXPLORACIÓN por tierras galegas para descubrir zonas querenciosas de becadas en aquellos años del señor de 1970... pateando parajes de Castroverde, de Baleira, de Pol, de Ribeira de Piquin, de Meira, de Friol. etc... sin embargo...no así de Fonsagrada que para nosotros permanecía inédita...y además buscando el concello de Riotorto -como se sabe -"Tierra de Ferreiros" para conocerlo y examinarlo a fondo y más adelante las tierras altas de Miranda... para la misma causa.
Pero estando cerca ya de las primeras casas todavía desperdigadas de la aldea de Villar de Corota, decidimos detenernos en una bifurcación del camino con rellano a la derecha sobre alargada meseta que dominaba la gran amplitud de la sierra que veíamos al frente y la impresionante garganta serpenteante del río Eo encajonado en el fondo del valle discurriendo a la par entre "salgueiros y tojales". Se hizo preciso ese alto en el camino para contemplar tan bello escenario arbóreo y paisajístico que teníamos a la vista, pero al mismo tiempo lugares inéditos y querenciosos /como el titulo señala - en resumen - una Arcadia feliz / por lo que debíamos de tomar nota sin pérdida de tiempo del entorno de lugar tan especial. Por lo que en este periplo venimos apreciando hasta el momento en los terrenos pateados...
Estacionamos el vehículo orillando en un nexo de caminos.
Muy próximo a este punto se ubicaba un pequeño y blanco humilladero rematado con tejado a dos aguas y bajo la protección de una desarrollada "hierbaluisa" esperaba pacientemente el paso hacia Santiago de peregrinos y viajeros dadivosos por este camino norte * más seguro que el "francés" .
Nos acercamos y nos recibió impasible, el saludo como es obvio fue silencioso, muy silencioso totalmente mudo, nosotros una vez en su cancela y fijando la vista en su interior mentalizamos una breve oración y rogamos misericordia y luz clara en nuestro camino, aportando unas monedas al cepillo (camino por cierto totalmente opuesto en sentido a la peregrinación a la ciudad del santo pero nosotros teníamos una hoja de ruta más y con el tiempo todo se andaría …) en el contexto cubierto descubrimos una pequeña imagen de Santiago rodeado de unas postales de Maria y varios exvotos y escapularios de la Virgen del Carmen, contabilizando el altar un pequeño florero sobre repisa saliente creemos para facilitar el cambio de ofrecimiento de flores a peregrinos y viajeros devotos.
Observamos también una pequeña lampara de aceite casi tapada por la miscelánea del altar que exhibía llama debil casi imperceptible con su típica mecha de flotador recordando tiempos pretéritos.
Pensamos que hubiese sagrario con Cristo sacramentado para impartir la comunión a personas piadosas o enfermas de la zona
Análisis social
Generalizando
En todos los viajes que realizamos a tierras lucenses, tanto en el norte como en el centro o en el sur y en cualquier tipo de campo o ciudad aun de diferente morfología como por ejemplo en tierras de la "respetuosa" Meira lugar que visitamos allá por el año 1967 y que nos impresionó dando una sensación difícil de definir al llegar a ella en horas nocturnas con frio siberiano y ciudad deficientemente iluminada... o las zonas de Baleira y Castroverde con sus pueblos imbricados en la sierra del Monciro, Mirador, Vaqueriza y Pozo dispersos asentados en pequeñas mesetas sobre sombrías laderas desafiando el aquilón frio del norte y la nieve de diciembre rodeados por tierras de forraje y uces córvidos en sus cielos dejándose oír con sus graznidos en las primeras horas de la mañana sobre gigantescos y toscos eucaliptos en las brañas más elevadas. Y en las cumbres rocosas murallones calizos con riscos afilados e inalcanzables que cortan el viento en dos, escoltados por cúmulos grisaceodorados presagiando tiempo cambiante...
Sobre estos balcones dominantes la silueta inquietante e inmóvil como si de un "dontraquedo" (el vértigo no está en su menú) se trata del más importante carroñero de la cordillera cantábrica el buitre negro atento siempre a posibles capturas de carnaza y a potenciales enemigos.
Parcelas de nabos con señas de identidad inequívocas de su vehemencia, los profundos groseros y anárquicos surcos en la tierra que horadaba el cerdo salvaje el jabalí (xabaril) para procurarse alimento y como testimonio real de su presencia en zonas profundas del sotobosque.
DESDE RUSIA CON AMOR
l campesino gallego se siente un trabajador comprometido "en cuerpo y alma" su cuerpo muchas veces deformado y manos callosas
.jpg)
