lunes, 28 de mayo de 2012

FRAGAVELLA - Segunda parte/Pag. 9





ejemplo o de cualquier otra zona susceptible de ser “explorada” y por consiguiente ser “terreno cazable”.

Villaselán, prácticamente barrio periférico–oeste de la ciudad de Ribadeo, Dompiñor, Villaframil, San Julián, Rinlo con su pintoresco puerto y sus casas escalonadas, es templo de autentico marisco del Cantábrico, sus exquisitas langostas y centollos dan prueba de ello, y en el entorno del puerto una abundante población de palmípedas revoloteando y graznando; la gaviota argéntea (laurus-argentatus) y la gaviota reidora (laurus–redibundus) con otros indi viduos de su especie esperan  entre chillidos y cabriolas en el aire la entrada de los barcos de faenar, para conseguir los desperdicios sobrantes de la pesca, que son arrojados por los marineros al agua y si se tercia robar prácticamente de las cajas de pescado limpio y fresco para ser subastado en la lonja; algún charrán común (sterna- hirundo) menos atrevido merodea por el exterior esperando algún resto del festín pantagruélico.
En las zonas rocosas próximas a la costa donde bate  y espumea la mar, se pueden pescar sargos (diplodus-sargus) y en sus arenales en horas nocturnas, la deliciosa lubina (dicentrarchus-labrax).

La Rochela está situada en la misma carretera general aquí observamos que nos acompañaba la vía férrea de la línea Gijón-Ferrol, un paso a nivel varios puentes de falso túnel entremezclados con casas y montes de pinos de poca extensión, decoraban el paisaje de la zona.
Estos montes de pinos, son inasumibles como posibles zonas de llegada y menos de asentamiento definitivo de las becadas ya que la proximidad de los núcleos habitados y presencia humana constante pondrían en solfa su permanencia, aun con estas consideraciones existen excepciones y de hecho narraremos varios casos de parcelas similares con interesantes vivencias en zonas de Valle de Oro (Valadouro) y Alfoz–Castro de Oro.

La Devesa (A Devesa), en la cual nos detuvimos con el fin de saludar al compañero de trabajo y mejor amigo José Vázquez, pero nuestra intención resultó baldía, pues Jose no se desplazó en ese fin de semana desde su domicilio en Avilés hasta  este pueblo  donde viven sus padres, y así con el saludo de rigor a sus familiares y la promesa de nueva visita “sine die”, abandonamos A Devesa.
Reanudamos la marcha por la Nacional 634, acercándonos a San Cosme de Barreiros, concejo de transición entre la zona ribadense y el termino municipal de Villanueva de Lorenzana (Vilanova de Lourenzá); “La Romántica”.
Por los distintos pueblos y núcleos de que se sucedían a nuestro paso, atisbábamos con sumo cuidado en el transcurso de la conducción y sobre todo en los finales o entradas de las agrupaciones habitables, la existencia como es natural de camposantos /como testimonio inequívoco de una segunda vida no tangible / siempre acompañados de los clásicos cipreses centenarios o especie similar. De construcción apretada, estrechos y erguidos, con cruces y cúpulas puntiagudas y algunos panteones de afamados mármoles y granitos, y sumamente brillantes que miraban al cielo en su afán de alcanzar las alturas donde reina el Omnipotente y sus moradores descansar en la paz eterna.

En alguno de estos cementerios nos detuvimos unos momentos en la proximidad de la entrada principal, anexa al edificio iglesia, para observar sus puertas artísticas de fina cerrajería y la de sus muros de cierre, de trabajada verja de filigrana, al contemplarlas