lunes, 30 de enero de 2012

IN MEMORIAM

En el recuerdo de: Fermín Pérez Corbato


Tiempo de memoria...

Ya pasaron veinte años desde que te fuiste súbitamente aquél primero de noviembre del siglo pasado (+) 1-11-1991).
La tarde iba alta y las sombras del crepúsculo empezaban a ocupar la vasta campiña castellana por donde circulabas aquietando las alteraciones del ánimo de toda la etapa recorrida, mientras, el sol perdía protagonismo ocultando sus rayos dorados en el horizonte lejano camino de otros pagos y, una incipiente bruma de otoño - frecuente en la zona - relevaba en su periplo las bondades del astro rey durante el día. Regresabas acompañado de practicar tu afición favorita, posiblemente memorizando lances y vivencias de toda la jornada cinegética.

Quiero quitar de mi cabeza la divinidad del hado o el destino como azar, para considerar la fatalidad asociada íntimamente a alguien que no venía correctamente, en el desencadenante de aquel zarpazo brutal, desgraciado e inevitable, en el día de Todos los Santos.
Después.....silencio, silencio e incredulidad... en el aire cortante de esa tierra árida y dura flotaba una especie de certidumbre difícilmente asumible, de igual modo reflejada en la noticia por mí recibida en la distancia y en el tiempo.
Hace unos días visité el Camposanto, no encontré tu hornacina de descanso...? busqué por pasillos y travesías sin resultado positivo, sin embargo allí mismo en el silencio de  la Necrópolis me detuve cerré los ojos y en un fugaz sueño vislumbré que ahora tu ¨esencia¨ puede estar habitando ese otro mundo (ese que no se sabe donde está), diferente a este nuestro donde la sinrazón las envidias y las rivalidades están siempre a flor de piel, ese trasmundo, en el que podrás recorrer y patear tus cazaderos predilectos y secretos...un ámbito que dicen paraíso eterno.... 


Tiempo de amistad...


Conocí a Corbato a principios de la década de los 70, aunque yo, ya sabía de él por la prensa y la voz de la calle de sus andanzas como ciclista aficionado, en el que cosechó grandes triunfos como "llegador".
Un familiar y simple ¡Hola! como primer saludo, fue el preludio de una amistad de veinte años y ese inicio tuvo lugar en la afamada por aquellos años tertulia del restaurante "El Trole" de Gijón, autentico nido de cazadores y pescadores, pero muy especialmente de cazadores de arcea. Después la relación se fue estrechando a lo largo de cuatro lustros con otros amigos, como lo es Díaz compañero mio de trabajo y Eulogio amigos de él desde algunos años antes, con lo que la amistad se reforzaba y se consolidaba. De profesión industrial tablajero y propietario de una carnicería que él mismo regentaba de la cual yo era cliente y lo fui durante los años hasta su pérdida.

Era Fermín un tipo singular, comprometido y fiable; en su línea física era enjuto casi esquelético pero vigoroso y ágil como un acróbata. Morfologícamente seguía en consonancia con las características  que exhibía en sus años jóvenes como "rodador", siempre presto y veloz en las metas sin rechazar la ayuda de trucos y artimañas para conseguir la ansiada victoria. De pálido rostro y mirada escrutadora ofrecía confianza y naturalidad; de trato agradable y sincero, ayuno de toda falsedad o engaño, tenía la cabeza bien amueblada, en la toma de decisiones sabía lo que quería en todo momento; adoraba siempre esta practica deportiva que para él era una auténtica pasión, y compartía los momentos buenos y malos sin condiciones de ningún tipo, también tuvo sus desaciertos y lapsus como cualquier persona humana. En el monte mostraba lo mejor...brío, energía, agudeza y sagacidad, sin descanso, apurando la cacería hasta el último minuto de la tarde, con la escopeta era rápido como el rayo, siempre con disparos muy certeros.


Reminiscencia


Ahora intento recuperar de los anaqueles de la memoria tiempo pasado y vida vieja en compañía de él, ahí donde los intrincados hilos del recuerdo se entremezclan y retuercen en una madeja interminable henchida de aventuras, peripecias, sueños, emociones... antes de que el inexorable avance del olvido pueda disipar la remembranza de mi mente; y resultó que un buen día nos hallamos acompañados de los demás amigos, Díaz, Eulogio, Requeni y el propio Alberto Alcázar su compañero inseparable en todas las cacerías, pateando cazaderos por esos mundos de Dios, muchas veces- hay que decirlo- con más corazón que  cabeza, ora en Castilla, ora en Asturias, ora en Galicia....pisando riscos y tierra seca por la Cabrera leonesa; por Forna por Encinedo por Trabazos....atravesando montes y pinares en el occidente asturiano; en Boal, en Los Oscos, en Vegadeo....recorriendo sierras y corredoiras en la Galicia de Cunqueiro y Rosalía, sorteando varales y tojales; en A Mariña, o Valadouro, o Terra Chá... otras veces íbamos de pesca a los grandes santuarios de la pesca del sargo... Xove, Morás, Estaca de Bares e incluso cabo Ortegal, bajando y subiendo acantilados de vértigo, muy cercano a, "al filo de lo imposible", pero siempre salíamos airosos aunque las capturas tanto en una disciplina como en otra no fuesen lo deseado, pero nos conformábamos con vivir una nueva experiencia.

Al filo de los años 90 Fermín tenia más amistades tal es el caso de quien le acompañaba el día del óbito, Juan José Cano García un joven aficionado también a la caza de la arcea, yo le vi un par de veces  pero sin llegar a conocerlo personalmente, y ahora desde esta humilde evocación quiero ofrecerle un cordial saludo y un fuerte abrazo. 


Esta sencilla presencia deseamos que sea un gran homenaje amigo Fermín; todos tus amigos te tendremos siempre en el recuerdo; Descansa en paz.
                                      
  J. L. L. M.   ENERO 2012

    

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